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LOGRÉ SALIR

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Logré salir. Logré salir de vos. La situación me acorraló como un poeta a la tumba de la miseria. Tus métodos habían sido tan astutamente prácticos que sabías perfectamente cómo hacerme trepar hasta tu mano para terminar en tu boca y, finalmente, ser arrojada al lodo inundado por el exceso de lágrimas. Debo admitir que la tristeza no fue mi mayor compañera; por el contrario, la vergüenza se apiadó de este cuerpo. Un cuerpo que parecía ser tallado según tus preferencias. Mi condición de venta encajaba perfectamente en tu bolsillo para nunca ser reembolsada. Siempre tenías que llevarte de más. Eras el empresario de la obsesión de esta obrera y, como en las fábricas más tradicionales, planificadas y exitosas, lograbas obtener la plusvalía de mi trabajo. El trabajo de tener que cumplirte todos los deseos con tal de recibir una moneda más que me sirviera de refugio para la noche fría. No son casuales los trabajos extra. Me resulta increíble. Pienso en la dependencia que tanto crit...

II.RELATO: DEDICADO A MI CUERPO

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Hoy es un día para escribir. Hoy le escribo a mi cuerpo. Al del pasado y al actual. Lo confieso: Mi cuerpo fue un cuerpo enfermo. Esta historia inicia con unas piernas bien definidas, unos brazos llenos de músculo y unas ganas de correr diez cuadras para que el colectivo me frenara y así poder conseguir la última bocanada de aire antes de subir el escalón. Años dorados para la atleta, pero el abandono repentino del movimiento me sentó en el sillón, me dio un celular, un cuaderno y unas lágrimas para empapar cualquier opción: la pantalla, el papel o aquél almohadón que decía “ Mereces lo que sueñas ”. Pero este último me parecía demasiado hipócrita, así que manché mi piel para incorporar los ojos hinchados como mi nuevo rostro a la rutina. El tiempo se había ido tan rápido que luego volvió de lleno, casi rebalsándome y dejándome anonadada, sin saber qué hacer con él. Inmensidad para muchos, karma para mi yo de aquél entonces. El descanso me reclamaba más de tres veces al día y las siest...

Acuarelas transparentes y flores amarillas

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Perdón si escribo sobre vos Como si me estuvieses doliendo Incluso en los momentos En que las estrellas reinan en nuestro cielo Cuando en realidad Nuestra pendiente Cargada de ilusiones y sonrisas sólo corre apresuradamente cuesta arriba   En serio te dije que tratar con estas angustias autoimpuestas a veces es difícil   Pero si me anticipo al dolor prematuro A la ansiedad creada de aires inexistentes Y de miedos irracionales a perderte Quiero decirte Que además de ser un mecanismo de defensa También es mi mecanismo de arte y lucha Porque sé que la vida tiene más amarillo desde que vos estás   En serio Te juro que no pretendo crear victimizaciones No te reclamaría ni aunque lo hicieras intencionalmente Es sólo que en mi pasado Mis cuadros tenían grises Celestes Y completos vacíos de pintura   Y si bien aprendí a crear figuras desprolijas por mi cuenta A equivocarme miles de veces Dejando marcas oscur...

Cumpleaños N°22

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En mi cumpleaños número veintidós no hubo torta que comiera con el amargor de tanta azúcar, ni llamas que quemasen los olvidos del pasado. Sentí que, inesperadamente, mi número favorito carecía de cualquier significado que antes identificaba al mes del calor renaciente y a los fines de ciclos evolutivos en familia. Presencié una estúpida falta de algo que aún no supe responder qué es, y el universo se lamentó por no escuchar mis tres deseos.   Pero de repente me recordé sola en los recitales, aquellos en los que dejé mis cuerdas vocales de tanto cantar, aquellos en los que mis ligamentos pudieron soportar el peso de tantos saltos eufóricos y pisadas con puntas más filosas que cualquier guillotina de mi memoria. Me recuerdo sacándome a bailar, dándome vueltas en mi cuarto con las luces apagadas y las ganas prendidas. Y entonces sonrío y decido cantarle el feliz cumpleaños a una Rocío que crece y sigue floreciendo en cada maceta que encuentra por los senderos de su vida. Y todos...

LA DANZA DE LA HOGUERA

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 I. Estaba escuchando una canción de rap y de la birome me salió vomitar: "estas son palabras en un papel cuyo fuego no logra incinerar" II. Fumé cigarrillos con humos vacíos de existencia El cenicero roza tu ausencia. III. Me comuniqué con las de arriba  se me tatuaron maleficios en cada roce de la piel  que debía pronunciar lentamente  con la punta de la lengua y un cuchillo caliente derramando mi sangre que se cocinaba a fuego lento . Y ahora las velas hablan la cera ya no se desangra ante la llama . IV. Quizás el verano no era tan malo al menos él intentaba derretir la dureza de tu alma. V. Volviste y sin embargo Ni el fuego logra quemar mi esencia. VI. Me despido con una simple acción: No soy cenizas Aún no salí del encendedor.

No la vas a hacer llorar

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  La vi. Resolví el misterio de la forma más insana, como siempre. No fue más que un - ay- , como una especie de vacuna. Cuando sos chica lloras y se siente como una daga clavada que rompe las fibras más débiles de tu hombro. Por suerte, ahora la aguja ni siquiera atraviesa la primera capa de mi pecho, porque ya crecí, aunque me costara. Te hubiese odiado. Mi estabilidad se hubiese roto nuevamente y volvería a torturarme de la manera más cruel pensándote al lado de ella. Pero te cuento que la situación en casa cambió bastante, y por eso, te dejo algunas sugerencias: La vas a mirar con admiración. Tus ojos se van a posar en ella, como si fuese la única figura nítida del panorama. Que no exista nadie más con la misma piel, con la misma sonrisa, con las mismas curvas de su alma. Vas a escucharla atentamente en cada momento que abra su boca. Vas a mirar sus labios y sus ojos detenidamente. Te vas a saber de memoria sus muecas, cómo levanta las cejas y si se agarra la panza cuando...

I. RELATO: muere un amor, nace un libro

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  Ayer volví a cruzar la puerta de un estadio y ver una pista. Era de color celeste claro, hecha del mismo material que tenía aquella que pisé en mi segundo Nacional. Ayer fue el mundial de patinaje artístico. Ayer vi a los mejores patinadores a través de mis propias pupilas, y nada más y nada menos que en mi país. Cuando entré al estadio, vi a una profesora que me había dado unas pocas clases para perfeccionarme. Ella siempre dictaba esas minis “clínicas”, y entonces la miré para confirmar que era ella, pero al instante lo supe. Mi memoria no es la mejor, pero las caras las recuerdo detalladamente. Al parecer ella también, porque habrá visto a miles de patinadoras pero sé que me reconoció, con esa mirada tan particular que tiene. Desistí a saludar porque nunca cruzamos un diálogo que fuese más allá de mis imperfecciones en un doble salchow o un touren. Me quedé tranquila porque, en cierto modo, no quería encontrarme con mucha gente. Y de repente me di cuenta que estaba ahí, en...