Fusión (in)suficiente


Con vos hablo de todo. Y a la vez no.

Sabemos bastante lo que al otro le gusta, quizás porque nos atrae lo mismo en muchos sentidos. Quizás porque nuestras percepciones se sientan iguales, o casi.

Hablamos sobre nuestras opiniones. Releemos historias, analizamos canciones, estados de ánimo de los artistas que nos parecen nefastos y de los que nos clavan el cuchillo en donde más nos duele. Hasta soñamos con intervenir y, sobre todo, prevenir todos los males que ahondan en cada conexión de las neuronas de nuestro maldito y fascinante cerebro.

Pero de nuestras cosas no hablamos.

Lo íntimo no lo tocamos, al menos no en profundidad. Nos hemos llegado a mostrar nuestras palabras más dolorosas y tragicómicas posibles. Nuestras cartas a gente que lloramos y a quienes les mendigamos disculpas. Disculpas por nuestro dolor. O al menos, que sean conscientes de las heridas que nos relamemos día a día.

Y aun así desatendemos el trasfondo. No sé qué te pasó. No sé qué te hizo llorar con un hueco en el pecho.  No sé cómo afrontas la tristeza. No sé si preferiste la pasividad o la evitación en esos momentos. No sé a quién se lo habrás confiado. Aunque, en cierto modo, lo hagas conmigo.

Vos tampoco sabes qué me pasó. Seguro intuís en mi sensibilidad que desemboca en lágrimas fácilmente desbordadas. Esas percepciones las tenes bien desarrolladas. Sos habilidoso para reconocer los progresos y desconsuelos en mis vocales. Sé que te das cuenta, pero tampoco conoces el detrás de escena.

Sólo vemos las cortinas. Aunque sean transparentes, sólo asemeja un mínimo destello de luz u oscuridad. Pero ninguno alcanza a ver la Luna o el Sol completamente. Aún desconocemos nuestras sombras y claridades más recónditas de los cuerpos.

Y en cierto modo me parece bien. Quizás porque ambos lo sabemos. Quizás ambos sabemos que algún día nos diremos las cosas que hoy están prohibidas decir. Y no nos sentiremos locos, ni tan rotos como antes. Pero mientras tanto, no me quedo con sabor a poco. Me basta con cruzar nuestras miradas, reírnos, y pensar en lo mismo. Y entendernos.

A veces no hace falta hablar de todo.

Comentarios

  1. Me gusto mucho ✨ pareciera que no dejas sentimiento por desvelar.

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