¿Carta de amor o de despedida?


A veces me pregunto si esta es la carta de despedida número cien, número ciento uno, que te escribo. Hasta pensé en escribirle a mi abuela pero a ella la despedí cuando tenía trece, y sus recuerdos no me fantasmean tan recurrentemente. Vos, en cambio, sos la contracara. Lo que al principio resultaba ser ternura, abrigo y acompañamiento, hoy es desconsuelo, vistas por lo bajo, refunfuños por no recibir tus palabras. Otras tantas veces, tampoco tengo ganas de amar. 

Tengo absolutamente todo para recriminarte. La imposibilidad de disfrazar tus actos insolentes ya no me cubre, no me sana, ni yo misma me los creo. Como para creérselos... si tan sólo te vieras. Si tan sólo vieras el daño causado, las flores marchitas, el jarrón tirado y las manos sucias. Pero nada te alcanza para que te des cuenta. Te lo puse todo sobre la mesa, como el agua más clara de islas caribeñas, aquellas que brindan un cálido confort. Así traté de ser yo, traté de ser buena, traté de abrirte puertas a mis demonios, a mis ideas impuras, mis ideologías para nada reaccionarias y mis miedos más temibles e indeseados. Y sin embargo, a vos no te bastó nada.

La hora de lapidar tu recuerdo me llama, me exige soluciones, me pide respuestas y me alborota el cráneo. Y yo le doy la razón, no puedo quedarme con tus engaños. Así que sí, tendré que escribir cien, ciento un, ciento dos, ciento tres o cien miles de cartas de despedida hasta finalmente hacerlo. Soy consciente de que el proceso es puramente duro cual piedra maligna, pero no imposible. 

Seguiré escribiendo, con tal de quitarme cada capa de piel, pedacito por pedacito, hasta librarme de vos.

Comentarios

  1. Me encanta lo que escribis.

    ResponderBorrar
  2. Deberías de imprimir un libro de tus escritos! Que lindo!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. en algún momento se concretará esa idea 💓 muchas gracias :)

      Borrar

Publicar un comentario